Despedida a Isidora en nombre de la comunidad entregada por la profesora Tinia Torres

Quiero agradecer a la abuelita por darle este privilegio.

El miércoles me paraste en el pasillo y me dijiste: “profe, la echo de menos” y yo te respondí: “yo también te echo de menos, pero estoy aquí. Te quiero mucho”.

Isidora, gracias por darme esas palabras son un regalo que te agradezco. Así también, tu mirada cómplice  en clases, las que me animaron a hacer mi trabajo cada día mejor.
Me enorgullecía ver tu transformación intelectual, ese despertar que no tiene retorno y que pude disfrutar en tus palabras, intervenciones y escritos en las pruebas.

Es una lástima porque, estimados Colegas, perdimos la oportunidad de verla crecer, de que transita por nuestras aulas, y eso duele.
Pero tu partida física no es en vano. Ya movilizaste a una comunidad que se reencontró con su fraternidad mística que habíamos perdido. Me aseguraré de no volver a perderla.

Remeciste a tus compañeros y compañeras de curso que no han cesado de expresar su dolor, pero a ellos y a todos, no nos ha faltado hombros donde llorar y abrazos para reconfortarnos. Hiciste el milagro de reencontrarnos, de volver a mirarnos a las caras y abrazarnos. Paraste esta máquina educativa para que entendiéramos lo que realmente es importante, el sentido que tienen nuestras vidas, la misión que cada uno tiene, porque vamos entendiendo cual era tu misión. Estás sacando lo mejor de cada uno de nosotros, lo que sentimos, lo vulnerable que somos. Nunca seremos los mismos, eso te lo aseguro. A medida que pasan las horas sabemos más de ti; lo humana, solidaria, de tus pasiones y amores.
Como escribió una emocionada compañera tuya: “perdona por tan poco que te dimos”. Y como otro compañero tuyo señaló en un hermoso dibujo:

Isidora, en nuestros recuerdos estarás,
Pero un gran vacío en este Colegio dejarás.

Hasta pronto, nos vemos
Muchas Gracias

Tinia Torres Bascuñán, tu profesora.